Miércoles, 18 de Junio del 2025

Adolescencia
Una serie de televisión que retrata de manera cruda la situación actual que se vive en el proceso de crianza, es aquella que lleva de nombre “Adolescencia” y que se encuentra en la plataforma de streaming “Netflix”. “Lo que no hablamos en casa, ellos lo aprenden en internet”, esta frase es muy decidora para adentrarse en la génesis del fenómeno que se vive en el proceso de desarrollo de los niños y jóvenes insertos en el contexto escolar. La violencia desatada no ha podido ser abordada de manera efectiva y cada día el impacto de ello va minando a los niños y adolescentes y de paso, socavando el futuro de la sociedad y de su núcleo central que es la Familia. Etimológicamente la palabra Adolescencia proviene del latín “adolescens”, que a su vez deriva del verbo “adolescere”. Adolescere significa “crecer”, “madurar”, “alcanzar la madurez”. Es el proceso de crecimiento y desarrollo de un joven hacia la adultez. Este proceso de cambios abruptos en los niños y en las niñas trae claramente crisis en la identidad, cambios anatómicos, que si el nicho que le soporta no se encuentra adaptado y resuelto, traerá tempestades que podrían hacer temblar a cada uno de los componentes del sistema familiar provocando distintos signos y síntomas.
Criar es un proceso complejo. Muchos padres que recibo en clínica sienten angustia por no saber cómo normar a sus hijos, así como también sentimientos culposos por el tiempo que sienten que dejan de darles por razones laborales o de otra índole. Equilibrar los distintos roles en el contexto familiar no es tarea simple, más aún si los mismos padres acarrean conflictos internos que nunca resolvieron y que traen a sus espaldas en una pesada mochila. Muchos de ellos creen que refugiarse en los demás roles es la vía de escape para evadir la responsabilidad de enfrentarlos, sin considerar que al hacerlo proyectan sus aprehensiones sobre las pequeñas mochilas de los que crían. Al no tener conciencia de esta situación, el sistema familiar diluye sus fronteras internas, volviéndose más permeable a las inclemencias del contexto en el que están insertos.
Reflexión.
Loki, este tierno perrito que vive junto a libertus y que nació de la mano de @artenice_palita, posee un corazón muy tierno y vive de manera tranquila y amable haciendo que cada día valga la pena. Para llegar a ese estado, Libertus debió educarlo y señalarle los límites correspondientes entre aquello que era y que no era. Al principio no fue nada de fácil, puesto que rompió muebles, cordones, zapatos, lentes y hasta un celular. Libertus debió perderle miedo a “ser malo” o ser visto como tal por decirle que “No” y corregirlo; sin embargo, comprendió que al hacerlo, Loki sabía cuál era su rol en el hogar en común y aprendió a convivir con otros animalitos y personas.
El espacio amoroso en el que nos desarrollamos, no es un mero cliché. No es tan solo formas y patrones asociados al ego, sino que implica honestidad y reconocimiento de límites para educar a otro y modelar conductas. Por miedo a ser rechazados, muchas veces nos vamos volviendo permisivos o sobre compensamos por culpas que acarreamos en tanto hijos, o por no tener los tiempos suficientes, generando así alteraciones en los límites que generan incertidumbre en los hijos que deben encontrar afuera las respuestas que dentro del hogar no encuentran.