Estar cautivo, según la Real Academia Española, significa “Privación de libertad en manos de un enemigo”. Implica la acción de alguien, que intencionalmente, priva de libertad a una persona. Cuando vamos en familia a ver al zoológico, hay especies que se encuentran encerradas en jaulas, mientras otras están “libres”. Por lo general, las más “peligrosas” están en jaulas, mientras que otras mas “inofensivas” caminan y recorren el recinto pudiendo ser observadas por los asistentes. Estar en contacto con la naturaleza y con la diversidad de especies, resulta un panorama ideal para desconectarse de las obligaciones de nuestro convivir. El aroma de la tierra húmeda, la vegetación y esa emoción de asombro nos hacen volver a nuestros hogares con una sensación grata y comentar esos sentimientos vividos en esa experiencia. 
    En clínica, se ven a diario personas en cautiverio. Prisioneras y con pérdida de su libertad de lo que ni siquiera son conscientes. Tristeza profunda, falta de motivación, irritabilidad, dificultades para lidiar con su entorno. En algunas ocasiones, siendo lo más grave, ideas de auto eliminación. Pero me pregunto: ¿Quién es su enemigo?, ¿qué o quienes le privan de su libertad? ¿Es que realmente hay alguien?. Al respecto, las personas siempre describen a una pareja, padres, trabajo, familia, hijos, otras personas, etc; es decir, siempre hay otra persona. A lo largo del proceso terapéutico, se van dando cuenta que no hay un otro en realidad, sino que la propia creencia de aquello que “debe ser” quien le limita. Al igual que en el zoológico, nos movemos bajo el mismo principio; sin embargo, disponemos de una herramienta fundamental: La consciencia. La pérdida de libertad genera una angustia terrible en las personas, porque ven limitado su espacio en el que se desarrollan en todos los ámbitos; sin embargo, hay una salida: La voluntad de salir.
No siempre el enemigo está afuera, sino que se encuentra mayoritariamente dentro de nosotros mismos, por lo que es nuestra responsabilidad aprender a identificarlo.