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Miércoles, 18 de Junio del 2025

El Fenómeno de la Violencia en el Contexto Escolar

Sin darnos cuenta pasamos de la normalización de las familias inestables y las relaciones tóxicas de pareja a la perpetuación transgeneracional del bullying.  Hemos creado una sociedad que avanza atropellando/desechando a todo aquel que no quiere o no puede vivir constantemente conectado, consumiendo o compitiendo por algo; por lo tanto, no ha de extrañarnos que en esta vorágine de “comunicarnos ahora, altiro, ya” perdimos la capacidad de enfocarnos en los niños y adolescentes al momento de enseñarles mediante el ejemplo de cómo “ser” humano. Desde mi perspectiva los antecedentes están a la vista, existen por lo menos dos variables relevantes para intentar comprender de donde proviene el nivel de violencia que significa el bullying en las nuevas generaciones. Por un lado, tenemos el hecho de que como adultos desvalorizamos el núcleo central de la sociedad que es la Familia (no estoy avalando permanecer en un vínculo forzosamente), me refiero a que independientemente del quiebre de la relación entre los adultos, siempre serán importantes para los hijos en común y/o un referente para los niños, niñas y adolescentes que pertenecen al sistema familiar (incluso el intrafamiliar); por lo tanto, el rol de proteger, proveer y educar nunca se extingue. Tener una nueva familia, más hijos u otra pareja no quita la responsabilidad de la crianza respetuosa y de dar el ejemplo a través del buen trato hacia los otros. En segundo lugar, está el hecho de normalizar como sociedad la existencia de las relaciones tóxicas de parejas, y no me refiero a la burla, el chiste o el morbo de que todos conocemos una pareja así. Hablo de la normalización del ejercicio de la violencia a través de acciones que van más allá de lo físico y lo psicológico, actos tan comunes como el revisar del celular, si está conectado en las redes sociales, el tener las claves, el controlar cualquier aspecto de la vida de quien(es) en algún momento fue nuestra pareja, etc. Y todo en frente de los hijos(as) perpetuando el ejercicio de la violencia, enseñándoselas a las nuevas generaciones como “actos normales”.

 

Reflexión:

 

Realizar esta columna me permitió comprender con mayor conciencia la frase “los niños son el reflejo del hogar”. Actualizándola sería algo como “los niños que ejercen bullying aprendieron de primera fuente lo que significa la violencia en sus propios hogares.  No por nada abundan en la red videos donde los apoderados son quienes se enfrascan en peleas y realizan amenazas en contra de otros alumnos, de los docentes y de los establecimientos… Se habla mucho de esta sociedad en crisis, de los niños en terapia, de los adultos en terapia y de la terapia de pareja, pero muy poco se considera la necesidad de iniciar un proceso de psicoterapia familiar que permita a la familia a desarrollar estrategias de comunicación y evitar la violencia que le permita a todos sus componentes a construir relaciones sanas.
El rol del Estado y las políticas públicas implementadas, han sido reactivas. Se ha optado por explicaciones políticas antes que científicas, atribuyendo todo a las desigualdades estructurales sin estudios concluyentes que lo respalden. Los protocolos y manuales de convivencia son respuestas tardías, puesto que se activan después del daño.
La formación docente también ha quedado en deuda para enfrentar el fenómeno, por lo que se requiere que la Academia mire el fenómeno y contribuya con mayores investigaciones.